Científicos chilenos investigan Parkinson, con moscas como pieza clave
Como sabemos, el Parkinson es un trastorno del movimiento que puede afectar a cualquier persona. Aún no se conoce con certeza que la causa, mucho menos como curarla. Por esta razón científicos investigan posibilidades de nuevas terapias.
Se sabe que esta enfermedad se desencadena por la muerte selectiva de algunas neuronas del sistema motor. Por lo que como síntoma principal se desencadenan temblores en diversas partes del cuerpo, que pueden empeorar por factores ambientales y genéticas.
El tratamiento se dificulta debido a que cada paciente tiene síntomas diversos. Por esto estudiarán los cuadros en moscas.
Andrés Klein, director del Centro de Genética y Genómica de la U. del Desarrollo (UDD), y Patricio Olguín, de la U. de Chile, dijeron al medio local La Tercera, cómo se asocian las moscas con el Parkinson.
Su intención es analizar los diversos síntomas causados por la genética de cada paciente. Así que han creado modelos de la enfermedad, con cepas especiales de moscas.
“Esto nos permite asociar genes con cada síntoma en particular. Después, determinaremos la relevancia de los genes encontrados como potenciales blancos terapéuticos para cada uno y validaremos nuestros resultados en cohortes de pacientes que ya han sido secuenciados.
Trabajar con moscas tiene muchas ventajas. Primero, porque compartimos un gran número de genes causantes de enfermedades. Segundo, ya existen modelos de Parkinson validados en moscas. Además, son animales que tienen una vida corta, lo que es ideal para el estudio del envejecimiento, porque si usáramos otros organismos modelos este estudio tardaría muchos años en realizarse. Por último, utilizaremos moscas cuyos genomas ya han sido secuenciados, lo que, además, reduce los costos.
Nos estamos enfocando en problemas motores, sueño y sobrevida. Tal como esperábamos, las distintas moscas presentan diversas manifestaciones clínicas y hemos sido capaces de asociar los primeros genes con síntomas motores.»
Su misión es conocer a fondo los mecanismos de la enfermedad, para así crear terapias personalizadas, y desarrollar tratamientos neuroprotectores o neurorreparadores.