Telemedicina: entre beneficios y riesgos para el sector salud
La tecnología y la salud siempre han estado relacionadas, pues la primera siempre es utilizada para la implementación de ciertas novedades en la industria sanitaria. En cada etapa del progreso médico se necesita de la tecnología para ayudar en el desarrollo de nuevos sistemas que beneficien a la sociedad.
Como muestra de la importancia de concebir la necesidad en un bien necesario para la medicina, la Organización mundial de la Salud presentó una estrategia mundial sobre salud digital que va hasta el 2025. El objetivo es revisar cómo la tecnología hará parte de la digitalización sanitaria.
Lo cierto es que existen innumerables restos para que esta alianza pueda llevarse a cabo de mera segura. La pandemia ocasionada por el covid-19 fue muestra de la necesidad de digitalización en esta industria: cierres de clínicas, salas de emergencia desbordadas, problemas en la atención y escasez de médicos.
Atención virtual para agilizar procesos
Si bien la telemedicina existe desde hace más de cuarenta años, lo cierto es que la pandemia motivó la aceleración de la implementación de esta metodología de acompañamiento, especialmente porque en aquellos momentos se necesitaba salvaguardar la integridad de las personas, evitando el contacto físico.
No obstante, la realidad actual de la telemedicina ha permitido el uso de nuevas tecnologías de las telecomunicaciones para brindar diagnósticos más precisos en la atención médica de calidad a personas alrededor de todo el mundo.
En el plan estratégico de la OMS la organización plantea una implementación de la atención médica universal para el año 2023, la telemedicina aborda los principales desafíos relacionados con el acceso a la atención médica en zonas remotas.
Por ejemplo, en un informe realizado por Business Research Company se evidencia que el mercado global de la telemedicina tiene un valor actual de $131.000 millones de dólares, lo que lleva a la conclusión de que en el 2027 este mismo mercado ascenderá a los casi $300.000 millones.
El hecho de tener un mercado tan amplio – y al mismo tiempo competitivo- abre la posibilidad a la estandarización de la atención médica a distancia. En Latinoamérica, la Clínica Alemana, la segunda mejor de la región, atiende más del 11% de sus urgencias a través de la telemedicina.
Lo que hizo la entidad fue crear dos conceptos: el primero totalmente virtual, es decir el paciente entra a una página web, se registra, responde unas preguntas y es derivado con un médico.
Y el segundo consiste en un híbrido denominado telebox, que se le ofrece a los pacientes que llegan directamente a la clínica y que luego del triage se categoriza su urgencia como una que puede ser atendida de manera virtual, usualmente relacionado con afecciones respiratorias.
Los riesgos que enfrenta la telemedicina
Sin embargo, todo lo que esté relacionado con tecnología también trae grandes retos, especialmente cuando se habla en términos de seguridad. La manipulación de información en línea, descarga de aplicaciones, historias clínicas y órdenes de estudios desde sitios online, sumado al hecho de compartirlas o pasarlas por email, amplió de manera vertiginosa la exposición de los datos personales.
Según Justin Kozak de Founder Shield, existen tres riesgos adicionales con el uso de la tecnología en la telemedicina: la seguridad y la privacidad de los datos, el potencial de diagnósticos erróneos, y la dependencia excesiva de la tecnología.
«Estos sistemas recopilan grandes cantidades de datos confidenciales de los pacientes, lo que los convierte en los principales objetivos para los ciberataques. Garantizar una seguridad sólida de los datos es primordial, ya que las infracciones pueden erosionar la confianza y resultar en un daño financiero y de reputación significativo», explica Kozak.
El sector salud se ha convertido en uno de los principales objetivos de los ciberdelincuentes: casi el 60% de las organizaciones sanitarias de todo el mundo han sufrido un ciberataque en el 2023, según un estudio de Sophos.
Por eso, tal y como sugiere Kozak, es preciso que estas entidades incorporen arquitecturas de ciberseguridad que detecten fugas de datos, malware, intrusiones malintencionadas y más.
«Los hospitales y los sistemas de salud deben invertir en medidas de seguridad avanzadas y adherirse a las mejores prácticas cibernéticas para proteger la información de los pacientes».
Como se puede leer, los hackeos a instituciones en el mundo son cada vez más frecuentes llegando a amenazar la continuidad de los mismos ante el pago de rescates. En Latinoamérica, las instituciones deben trabajar para proteger los datos de los pacientes de manera seria y profesional y exigir que otros también lo hagan. Crear políticas de seguridad, entrenar y formar a los equipos de trabajo es el primer paso para la correcta implementación de la telemedicina.