Estudiantes de Medellín crean dispositivo intranasal para combatir la ola de contaminación que enfrenta la ciudad
Por estas fechas la calidad del aire de Medellín es uno de los temas más preocupantes, en especial por el deterioro ambiental debido al fenómeno que tiene lugar dos veces al año entre la época de lluvia y sequía.
Esta situación, que ocurre desde hace aproximadamente ocho años en una de las ciudades más pobladas de Colombia, tiene a los entes de control con las alarmas encendidas, tanto así que se desarrolló todo un plan para atender la contingencia ambiental.
Desde el 4 de marzo la ciudad inició una medida de Pico y Placa ambiental para vehículos de carga y volquetes, esto sumado a la restricción que ya tiene vigencia en la actualidad, donde se prohibe la circulación de vehículos según el número de las placas.
Para medir los niveles de contaminación de la calidad del aire, la alcaldía de Medellín utiliza un programa del SIATA, donde los niveles van desde pasando por el amarillo, naranja y rojo, siendo este último denominado como situación critica, por lo que para los expertos la medida más importante debe ser a nivel distrital, para bajar las fuentes de emisión y evitar las consecuencias en salud agudas y las de mediano y largo plazo.
Como consecuencia de la situación de la calidad del aire, las autoridades recomiendan el uso de tapabocas y restringen la circulación de personas mayores a 62 años, esto con el objetivo de evitar los posibles síntomas y enfermedades a raíz de la polución.
“Podemos estar expuestos hoy a contaminación y tener síntomas de 0 a 7 días después. La persona no sintió nada, pero al segundo, al tercer día, hasta 7 días después, que es el periodo que dura la inflamación del árbol vascular respiratorio, empieza a presentar tos”, explica Luis Jorge Hernández, médico salubrista.
Estudiantes desarrollan una idea para combatir la mala calidad del aire
Aireo, un proyecto de investigación de la Institución Universitaria ITM, que consiste en un dispositivo intranasal que evita que los contaminantes entren por la nariz. Según la misma institución educativa, el programa «resuelve el problema de la reducción de contaminantes en el aire y que se adapta al contorno interno de la fosa nasal para ser usado de manera prolongada y discreta».
El dispositivo cuenta con la capacidad de adaptarse a las características morfológicas del usuario y permite el flujo normal del aire a la vez que retiene, de manera eficiente, sus contenido contaminantes.
Eliana Zapata, una de las investigadores del proyecto, explica cómo funciona el dispositivo: «Con dos carcasitas que son pequeñas y que se pueden adherir como tal a las fosas nasales de una manera ergonómica. Esas dos carcasas están unidas con un puente y ese puente entonces permite que se quede acomodado dentro de la nariz».
Por ahora, la Superintendencia de Industria y Comercio ha otorgado la patente de invención para este dispositivo, considerando su novedad, nivel inventivo y aplicación industrial.
Erika Imbett, quien también hizo parte de las investigaciones del proyecto, resalta la importancia académica de Aireo para la ciudad y el problema de la calidad del aire: «En la manera de motivar a nuestros estudiantes, a que no todo está inventado, no todo está hecho ya hay un montón de cosas y que de las ideas que salen del aula y las ideas que ellos conversan por ahí hay un montón de cosas que pueden llevarse la realidad».
La idea surgió a por un equipo de trabajo de estudiantes del ITM liderado por Estefanía Duque, quien murió por causas naturales, lo que llevó a sus compañeras a abandonar el proyecto. Sin embargo, las docentes e investigadores retomaron la iniciativa y llevaron el proyecto al proceso final.