Gestión del talento: Estrategias para formar equipos de alto rendimiento
Contar con un talento realmente motivado que impulse el negocio y el crecimiento de una compañía se ha convertido en uno de los desafíos más retadores para los equipos de liderazgo. Dicha tarea cobra aún más relevancia cuando según International Institute for Management Development (IMD) el talento aporta a que una organización logre un valor sostenible a largo plazo.
Para construir un equipo realmente innovador y de alto rendimiento, los líderes deben adoptar el arte de liderar desde atrás, permitiendo que florezcan las capacidades latentes y la inteligencia de los miembros de su equipo.
Desde Source Meridian destacan algunos de los principios fundamentales de confianza, de un propósito claro, y de diálogo abierto, que permiten llevar a cabo la estrategia para lograr equipos de alto rendimiento:
Cultura de diálogo
Cuando los líderes fomentan una cultura que da la bienvenida al diálogo y la discusión, entonces pueden aprovechar el genio colectivo de su equipo. El secreto está en ser claro a la hora de comunicar las decisiones y confirmar que el equipo las entiende y se alinea con ellas. Un grupo unificado es una fuerza formidable capaz de superar cualquier desafío.
Los líderes que buscan promover ese ambiente democrático deben demostrar una apertura genuina a diversas perspectivas. Cuando se busca activamente la participación de cada uno de los miembros, incluso de aquellos que se muestran renuentes a dar su opinión, se crea una atmósfera de inclusión y respeto mutuo. Esto logrará que el equipo tendrá más confianza para compartir ideas, lo que en última instancia conducirá a soluciones más sólidas y equilibradas.
Promover sentido de pertenencia
Para tener equipos de alto rendimiento, los líderes deben priorizar la forma de mantener a su equipo motivado, transmitiendo un sentido de pertenencia en su trabajo y ofreciendo vías para el crecimiento y el desarrollo. Por ejemplo, una práctica poderosa, respaldada por una investigación sobre la motivación y el éxito del equipo, consiste simplemente en preguntar: “¿Cómo puedo ayudar?” La pregunta no sólo promueve el sentido de pertenencia y la confianza en uno mismo, sino que también abre la puerta para que los miembros del equipo busquen orientación y apoyo cuando lo necesiten.
Estar verdaderamente comprometido con el crecimiento y el éxito de cada individuo puede tener un profundo impacto en el rendimiento general del equipo. Cuando los miembros del equipo tienen un fuerte sentimiento de pertenencia, es más probable que sean proactivos y estén orientados a la búsqueda de soluciones, esforzándose por alcanzar la excelencia en todo lo que hacen.
Respaldar al equipo
No se trata solo del líder, ni tampoco de sus logros. Todo se basa en el entorno del equipo de trabajo, este enfoque crea un ambiente seguro tanto para la innovación como el fracaso porque los miembros del equipo saben que su líder los respalda. En consecuencia, aprendemos juntos y nos volvemos más fuertes.
Una cultura que reconoce las victorias y los fracasos como oportunidades para el crecimiento puede propiciar la resiliencia y la adaptabilidad. Al celebrar las pequeñas victorias y aprender de los reveses, se alienta una mentalidad de mejora continua, allanando el camino para el éxito a largo plazo.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, para poder lograr equipos de alto rendimiento es necesario fomentar una cultura de confianza y sentido de propiedad extrema. Al confiar responsabilidades a los miembros del equipo y garantizarles la autonomía para tomar decisiones, se demuestra confianza en sus capacidades. Este empoderamiento puede conducir a una mayor motivación, compromiso, y voluntad para asumir retos.